El progreso y la despoblación han ido haciendo desaparecer, poco a poco, las tradiciones locales. Sin embargo Itero es un pueblo orgulloso de su pasado y aún se celebran ciertos ritos de origen medieval. Ya he mencionado la costumbre de reunirse a merendar en torno a las fiestas del Carnaval, previas a la Cuaresma, celebrándose “la merendilla”. El hecho de que ya no queden niños en el pueblo ha facilitado la casi desaparición de esta bonita tradición que yo recuerdo con especial cariño.

La víspera de Reyes, por la noche, los “mozos” iban cantando una especie de villancico, de origen medieval, por todas las viviendas del pueblo, personalizándola la última estrofa al mencionar el nombre del padre de familia de cada casa. Al día siguiente venía el merecido aguinaldo. Esta costumbre ha desaparecido hace apenas unos 8 años, pero no es irrecuperable. Sus canciones aún se conservan en la tradición oral.

El día tres de mayo, festividad de la Santa Cruz, se bendice el campo con cruces de madera y por la tarde se reúne el pueblo para tomar tortilla de “escabeche”.

También son varias las procesiones que se celebran, como por ejemplo el día de San Isidro, el del Corpus Christi (con sus adornados altares florales), la masiva procesión del Viernes Santo, la del Domingo de Resurrección y Domingo de Ramos.